Director: Volker Schlöndorff
Guión: Jean-Claude Carrière
basado en la novela de Günter Grass
basado en la novela de Günter Grass
Reparto: David Bennent, Angela Winkler, Mario Adorf,
Daniel Olbrychski, Katharina Thalbach, Berta Drews
Daniel Olbrychski, Katharina Thalbach, Berta Drews
Música: Maurice Jarre
Fotografía: Igor Luther
Productora: Jadran Film
Handlung
El Tambor de Hojalata muestras las vivencias de Oskar, narrador de la historia, que a los tres años de edad decidió dejar de crecer tras arrojarse por las escaleras de su casa. A pesar de que supuestamente tiene la inteligencia de un adulto, su cuerpo y aspecto no cambia con el paso de los años, siendo sus principales características el tambor de hojalata de turno que lleva siempre con él, o los potentes chillidos capaces de romper cristales. La historia aprovecha el curioso caso de Oskar para narrar los diferentes acontecimientos históricos acaecidos en la ciudad de Danzig, actualmente Gdansk (Polonia), durante la primera mitad del siglo XX. A través de los ojos de nuestro protagonista veremos la convivencia entre alemanes y polacos durante aquella época, el ascenso del nazismo, la persecución de los judíos, los horrores de la guerra, y la entrada de los rusos en la ciudad.
Meine Bewertung
Si hay algo que me guste en el arte es todo aquello que no deja indiferente al espectador. No soy amigo de lo radical o transgresor, pero si que aplaudo un producto valiente, arrojado, diferente. Y ya en referencia al séptimo arte, me atraen aquellas películas que amas u odias. Que no exista término medio. En el caso de la cinta que nos atañe hoy, puedo asegurar que me quedo con la segunda opción. Seguramente los 160 minutos más largos de toda mi vida. Una cinta cuya única utilidad es la que escribir esta reseña para, si bien no permitiros el verla, si advertiros.
Soy un aférrimo defensor del surrealismo, pero aquí no tiene ni pies, ni cabeza. No me meteré en como puede funcionarle a Günter Grass en su novela, pero desde luego plasmado al cine es poco menos que patético. Desde el personaje principal, seguramente el niño más irritante de toda la historia del cine, ya sea por su aspecto, su comportamiento, los chillidos que rompen todo vidrio que se le ponga por delante, o el tambor de hojalata de los cojones que no deja de tocar a todas horas. Si lo que tanto autor como director tratan de mostrar es el punto de vista de un... ¿niño? (en serio, había momentos en que no sabía que tenía delante) fracasan estrepitosamente, ya que en la mente de Oskar no nada más que su tambor. Que esté en el preciso de lugar de cualquier acontecimiento reseñable poco importa. Tampoco ayudan el resto de secundarios, ya sea la madre comiendo pescado crudo, o montándose un trío amoroso con su marido y su primo; el "padre", y con esas comillas ya lo digo todo, indiferente a la relación que tiene su mujer con el primo de esta; el "tío", con esas comillas también lo digo todo, orgulloso polaco que a la hora de la verdad se acobarda; o la abuela, la cual ha tenido a toda Polonia debajo de sus faldas al menos una vez (literalmente).
Un auténtico despropósito de película que arrasó en su momento tanto en Alemania, como en Europa y EEUU.
Si hay algo que me guste en el arte es todo aquello que no deja indiferente al espectador. No soy amigo de lo radical o transgresor, pero si que aplaudo un producto valiente, arrojado, diferente. Y ya en referencia al séptimo arte, me atraen aquellas películas que amas u odias. Que no exista término medio. En el caso de la cinta que nos atañe hoy, puedo asegurar que me quedo con la segunda opción. Seguramente los 160 minutos más largos de toda mi vida. Una cinta cuya única utilidad es la que escribir esta reseña para, si bien no permitiros el verla, si advertiros.
Soy un aférrimo defensor del surrealismo, pero aquí no tiene ni pies, ni cabeza. No me meteré en como puede funcionarle a Günter Grass en su novela, pero desde luego plasmado al cine es poco menos que patético. Desde el personaje principal, seguramente el niño más irritante de toda la historia del cine, ya sea por su aspecto, su comportamiento, los chillidos que rompen todo vidrio que se le ponga por delante, o el tambor de hojalata de los cojones que no deja de tocar a todas horas. Si lo que tanto autor como director tratan de mostrar es el punto de vista de un... ¿niño? (en serio, había momentos en que no sabía que tenía delante) fracasan estrepitosamente, ya que en la mente de Oskar no nada más que su tambor. Que esté en el preciso de lugar de cualquier acontecimiento reseñable poco importa. Tampoco ayudan el resto de secundarios, ya sea la madre comiendo pescado crudo, o montándose un trío amoroso con su marido y su primo; el "padre", y con esas comillas ya lo digo todo, indiferente a la relación que tiene su mujer con el primo de esta; el "tío", con esas comillas también lo digo todo, orgulloso polaco que a la hora de la verdad se acobarda; o la abuela, la cual ha tenido a toda Polonia debajo de sus faldas al menos una vez (literalmente).
Un auténtico despropósito de película que arrasó en su momento tanto en Alemania, como en Europa y EEUU.
(en serio, wtf?)
Das Beste: Además de la aparición de los títulos de crédito para alivio del espectador masoquista como yo que aguantó hasta el final, la película cuenta con momentos interesantes pero plasmados con total desacierto. La propia historia de Danzig-Gdansk es realmente interesante, mostrando la convivencia entre polacos, alemanes y casubios, y los diferentes hechos históricos de la misma. Además del único personaje que salva la cinta, el fabricante de juguetes judío enamorado en secreto de la madre de Oskar. Además de eso, poco más.
Das Schlimmste: Esta podría ser una lista muy larga: el gráfico nacimiento de Oskar; la escena de sexo entre la madre y el primo; los escupitajos mezclados con pica-pica entre Oskar y la segunda mujer del "padre"; las escenas de "sexo" entre Oskar y esta última; en definitiva, casi todo momento en el que aparezca el protagonista, por lo general chillando y tocando el dichoso tambor. Pero lo más insultante de todo, la Palma de Oro del festival de Cannes que compartió con Apocalypse Now, ¿en serio?
Preises:
Oscar
Mejor Película de habla no inglesa
Festival de Cannes
Palma de Oro (Ex- Aequo)
Premios del Cine Alemán
Mejor Película
National Board of Review
Mejor Película Extranjera
Nota: 1/5 Cervecita sin Alcohol
@cine_aleman
No hay comentarios:
Publicar un comentario