miércoles, 8 de abril de 2015

Cineastas de ayer: Marlene Dietrich

¿Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte.

Esa fue la eterna filosofía de la berlinesa Marie Magdelene Dietrich, más conocida como Marlene. Nacida en la capital alemana el 27 de Diciembre de 1901, desde muy pequeña estuvo vinculada a las artes, participando en pequeñas obras de teatro en el colegio, y tocando el violín. A principios de la década de los años 20 entró en la escuela de interpretación de Max Reinhardt. Dos años después consiguió su primer papel, aunque tendría que esperar hasta 1930, participando en peliculas menores con actuaciones de secundarias mayoritariamente, para su gran oportunidad en Der blaue Engel (El ángel azul) dirigida por Josef von Sternberg, y coprotagonizada por Emil Jannings. Marlene aparece en un par de ocasiones con los muslos al descubierto, algo radical en aquella época, por lo que tanto eso, como la película en si, le valió el mito de diva y Femme Fatale, convirtiéndose en todo un icono sexual de la época. Ese mismo año (1930) llaman desde Hollywood interesados por Marlene para protagonizar una película junto a Gary Cooper que sería conocida como Morocco, comenzando así su singladura en tierras americanas en las que si se convirtió en una figura mítica, y donde siempre mantuvo las distancias y una aptitud independiente ante su modo de hacer las cosas. Su mejor legado, cinematograficamente hablando, serían las películas de la década de los 30 que protagonizaría bajo las órdenes de Sternberg, como El Expreso de Shanghai o El Diablo era Mujer (ambientado en España).

Al comienzo de la segunda guerra mundial se nacionalizó americana huyendo de su país natal. Fue una firme anti-nazi, y lo demostró siendo una de las primeras celebridades que vendió bonos de guerra, entreteniendo a las tropas o manifestándose públicamente en contra del tercer Reich.
Aunque durante este periodo rodó algunas películas, no sería hasta finalizado el conflicto cuando la veríamos en sus mejores registros, como en Berlín Occidente (Billy Wilder, 1948); Testigo de Cargo (Billy Wilder, 1957); Sed de Mal (Orson Welles, 1958) y Vencedores y Vencidos (Stanley Krammer, 1961).

Mucho se ha hablado de su vida privada, algo de lo que se sabe mucho pero de las que circulan innumerables historias, como por ejemplo, su orientación sexual, el número de amantes que tuvo, o que clase de mujer de familia era. El mito más famoso sea quizás el de su relación con otra extranjera que eclipsó Hollywood durante los años 30, Greta Garbo.
Su figura de diva y "femme fatale" ha inspirado a muchas actrices durante el paso de los años. Aquí os traigo dos claros ejemplos, la genial Cate Blanchett en "The Good German", y Diana Kruger en la estupenda cinta de Quentin Tarantino, "Inglourious Basterds".


@cine_aleman

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